Casita de los valles y esa sencillez que enriquece la vida

 

Desde su ventana se vislumbran otros paisajes de Salta, otros senderos

Somos una red cooperativa de familias, de tradición diaguita calchaquí, de la provincia de Salta. Pequeños productores agropecuarios y artesanos que vivimos en el campo y decidimos abrir nuestras puertas al turismo rural comunitario. Desde 2004 buscamos autogestionarnos a través de los ingresos genuinos del turismo responsable y los principios de la economía social, el respeto a la diversidad y la equidad con identidad.

Te convocamos ahora a vivir una experiencia única con campesinos, alojamiento rural en casas de familia de nuestra comunidad, gastronomía típica, artesanías diversas, aprendizaje de oficios artesanales y caminatas. Nuestra propuesta es que te unas a nuestras vidas por unos días, te sumes a nuestras actividades cotidianas, a compartir oficios agropecuarios y artesanales, a sentarse a dialogar y a permitirnos compartir una verdadera experiencia de intercambio intercultural en plena naturaleza.

En este caso se trata de la comunidad de Santa Rosa, en la casa familiar de Rosa López. Esta es la comunidad más al Noroeste de nuestra cooperativa. Ubicada sobre la misma Ruta Nacional 40, a 35 kilómetros del pueblo de San Carlos. El acceso vehicular es estable, aunque se recomienda transitar despacio y en verano, con precaución. Las familias campesinas de esta comunidad cultivan pimentón, anís, comino, cebolla y viñas

Doña Rosa López ofrece alojamiento en su casita de adobe, bonita, sencilla y muy limpia. El viajero puede acompañar a la familia a cuidar sus cabras, a tejer en telar o a caminar por la comunidad. Ofrece una estadía en compañía de gente sencilla como llena de historia. La habitación del viajero, el comedor familiar, la galería y el baño de la casa familiar han sido restaurados y mejorados de manera muy bonita como sencilla que, acompañados de un mobiliario nuevo, le confieren a este alojamiento familiar, una calidad de servicio muy notoria. Las charlas en tonos de voz baja, el caminar en silencio, el aprender a cuidar las cabras cada día o tejer o hacer cerámica, son parte de una estadía posible junto a doña Rosa y su familia.

Su alojamiento, la gastronomía del valle y las giras entre pequeñas fincas que se dedican al cuidado tradicional de las viñas te harán vivir una estadía con sorpresas matizadas con los ocres de la tierra calchaquí.

Una experiencia que no olvidarás

 

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